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Mostrando entradas de marzo, 2012

LA MIRADA DE DIOS

É ste era un joven que había caído en libertinaje sexual. En un bacanal lo drogaron y estuvo a punto de perder la vida. Se sentía vacío, miserable. Experto en amor, no conocía el amor. Siempre se había burlado de ese sentimiento “ciego”, asegurando que era sólo para mujeres y bobos idealistas; no obstante, ya no quería burlarse, ya no podía hacerlo. Cuando estuvo cerca de la muerte se percató de su profunda soledad. Estaba harto de la pornografía y de las aventuras rápidas. Deseaba contar con alguien a quien respetar y amar honestamente, con quien compartir los momentos alegres y tristes, con quien permanecer juntos en la adversidad, a quien brindar una frase de consuelo, de ánimo, de apoyo. Ansiaba conocer a una mujer a quien entregar el alma y el corazón sin condiciones, sin fingir más; sobre todo, una mujer dispuesta a entregarle también su alma y no sólo su cuerpo…   Pero, ¿cómo conocer a alguien así? ¿Dónde hallarlo? ¿Y si lo encontraba, como ganar su respeto? ¿Cómo lograr