Antes de conocer al Señor, y su
Santa Palabra, solía tener sueños y metas tan diferentes a las que tengo hoy en
día. Uno de mis sueños mas anhelados era tener un excelente trabajo, hacer
riquezas y hacer lo que me placiese.
La música era mi pasatiempo
favorito: pasar toda una tarde aprendiendo canciones y después interpretarlas
era lo máximo; tenia una banda, mucha gente nos veía tocar, sentir ese aplauso
por todo el auditorio era un gran placer que me elevaba hasta las alturas,
conocer algunas personalidades de la música eran palabras mayores y algo que
podía contar a los demás.
Tener trabajo en algo que te
gusta hacer, tocar en un antro, en un bar, es el sueño de muchas personas, y a
mi me dieron esa oportunidad.
Ser popular en la escuela, el “chistoso”,
el que nunca te falla en la “pachanga”, tener “amigos” por doquier, gente
hablando de lo bien que te “acoplas”, es sentirse la persona mas importante del
mundo, sin embargo, nunca crecerás al lado de ellos.
Fue entonces que Dios tocó a mi puerta,
y me invitaba a una vida nueva. ¡Precaución! - Me decía- , si aceptas esta invitación, ¡no volverás
a ser el mismo!
Yo siempre creí en Dios, pero
nunca me había interesado en conocerle, hasta aquel día en que me regalaron una
Biblia.¡Me sumergí en la lectura de tal
manera que me di cuenta, que esas palabras tienen vida! ¡Tienen poder!
Esas palabras tan llenas de un
amor desmedido, me invitaban a dejar todo, mi vida antigua, mi música, mis
sueños y metas tan egoístas.
Entonces comenzaron las pruebas….
Empecé a sentirme reprendido, pero al mismo tiempo consolado y lleno de
esperanza, me di cuenta que la verdadera riqueza no es aquella del que tiene
mas, sino la de aquel que necesita menos.
Me di cuenta que el verdadero
tesoro es nuestro Señor Jesucristo.
Pasé pruebas difíciles: los
“amigos” que creía tener te dan la espalda, de nada sirvió ser el “chavo
acoplado” y que nunca te falla, y no solo los amigos, a veces el enemigo te
ataca con tu propia familia. Dejar la música secular y aquellos aplausos, fue
un gran reto pero eso no me llevaría a aquel tesoro que ahora se ha convertido
en mi nuevo anhelo que es Jesucristo.
¡Respetar el sábado otro gran
reto! Nadie te da trabajo, todos suelen decirte que así no llegarás a ningún
lado, pero a pesar de rechazar trabajos por respetar el sábado, nunca me ha
faltado nada. Dice Mateo 25:21: Su señor le
dijo: - "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente
de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor."
¿Recuerdan la historia de
Abraham? Aquel siervo de Dios a quien se le pidió la vida de lo que más quería,
¡su hijo! Aun así, en esta prueba Abraham no vaciló y demostró su temor a Dios.
Dice una cita del libro
Patriarcas y Profetas*: “Muchos continúan siendo probados como lo fue Abraham.
No oyen la voz de Dios hablándoles directamente desde el cielo; pero en cambio
son llamados mediante las enseñanzas de su palabra… se les puede pedir que
abandonen una carrera que promete riquezas y honores, que dejen afables y
provechosas amistades y que se separen de sus parientes para entrar en lo que
parezca ser un sendero de abnegación, trabajos y sacrificios. Dios tiene una
obra para ellos; pero una vida fácil y la influencia de las amistades y los
parientes impedirían el desarrollo de los rasgos esenciales para su
realización…. ¿Quién esta listo para renunciar a los planes que ha abrigado? ¿Quien
aceptará nuevas obligaciones y entrará en los campos inexplorados para hacer la
obra de Dios con corazón voluntarioso y firme y contar sus perdidas como
ganancia por amor a Cristo? El que haga esto tiene la fe de Abraham y
compartirá con el un cada vez mas excelente y eterno peso de gloria, con el
cual no se pueden comparar las aflicciones del tiempo presente”
Así que si decides tomar el
camino estrecho que es el que te lleva a Dios, recuerda que pasarás por grandes
pruebas, abandonarás cosas que quizá antes eran importantes para ti, ¡te
abandonarás tu mismo! Pero aunque caigas puedes estar seguro que la mano
poderosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo te levantara. Y algún día te dirá:
“¡Has llegado a la meta! ¡Bienvenido a Casa!”.
Autor: Omar Reyes S.
Referencias:
*Elena G. de White.Patriarcas y Profetas.
Que lindo escuchar el final de este testimonio.
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