Estamos comenzando un nuevo año y como cada año siempre tratamos de proponernos metas que alcanzar para que al terminar el mismo podamos evaluar cuanto avanzamos y que cosas logramos.
Para poder comenzar este nuevo año de buena forma debemos dejar atrás todo lo malo que en el año anterior nos paso, reciclar aquellas cosas que nos pueden servir en este nuevo y ver hacia delante con la mente puesta en que es un año de nuevas oportunidades.
El problema de muchos de nosotros es que quedamos como marcados por experiencias negativas del pasado, permitimos que aquello que nos afecto quede allí anidado y muchas veces no queremos entender que lo pasado, ya paso.
Quizá tuviste un año muy difícil, con experiencias bastante dolorosas, sin embargo hoy estamos en un nuevo año, y nada te tiene que hacer pensar que en este nuevo año te ira igual o peor, al contrario, es bueno pensar que estamos en un año de nuevas oportunidades, en donde lo que hice mal el año pasado, en este nuevo lo puedo hacer bien.
Y es que yo siempre he sido de la opinión que lo malo que nos pasa nos ayuda a no volver a cometer los mismos errores, nos hace crecer, nos aumenta la fe, pero sobre todo nos hace mas fuertes.
El Apóstol Pablo decía: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:13-14 (Reina-Valera 1960). Eso es lo que nosotros debemos imitar, olvidar lo que queda atrás y extendernos a lo que está delante.
Cada uno de nosotros debemos entender que no podemos quedarnos postrados por tropiezos del pasado, debemos levantarnos y proseguir hacia nuestra meta que es agradar a Dios.
La culpabilidad por los errores que cometemos puede ser un gran obstáculo para avanzar en este nuevo año, por ello debemos comprender que Dios no quiere que nos detengamos, sino que avancemos sin temor. Si te sientes culpable por algo de lo cual ya le pediste perdón a Dios, debes de entender que ya fuiste perdonado. Recuerda que la Biblia nos enseña que cada mañana la misericordia de Dios se renueva sobre nuestra vida: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” Lamentaciones 3:22-23 (Reina-Valera 1960).
Hoy es un buen día para comprender que este año será especial porque Dios está de nuestro lado. Que no importa lo que sucedió en el pasado, puesto que este día al despertar la misericordia de Dios te cubrió y te dio la oportunidad de comenzar de nuevo.
Hoy tú y yo decidimos que es lo que queremos para nuestra vida. Podemos elegir entre estar triste por lo ocurrido en el pasado o ver hacia delante confiando en que lo haré mejor, porque ahora he aprendido de mis errores.
¡Levántate!, has que Dios sonría al ver tu determinación de hacer las cosas mejores en este año. Que Dios al ver tu corazón vea el corazón de una persona que acepta sus errores, pero que al mismo tiempo esta dispuesta totalmente a mejorar. Entonces, Dios se alegrará y te usará de una manera poderosa para su Gloria y su Honra.
¡Este es un año de nuevas oportunidades!
Autor: Enrique Monterroza
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