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LLevándose bien con los padres


Llevarse bien con tus padres no siempre es fácil, en muchas ocasiones es todo un reto que parece imposible de lograr. Ya sea que no les agrada tu forma de vestir o de peinarte, o no les gustan tus amigos, o te imponen una hora de llegada a casa, pareciera que nunca estarán satisfechos con lo que hagas y que están empeñados en “amargarte” la vida. Seguramente en algún momento de tu joven vida has tenido pensamientos tales como “es que no me entiende”, “no me dejan hacer nada”, “por todo se enojan”, “nunca tienen tiempo”. Estas frases y muchas más han reflejado el sentir de muchos adolescentes y jóvenes desde siempre, pero pareciera ser que hoy más que nunca la relación entre padres e hijos es más distante, mas fría, más difícil.

Una de las razones que tienes que entender acerca de la conducta de tus padres es que no se han dado cuenta o se niegan a percatarse de que ya no eres “su niño o niña”, de que has cambiado, de que ahora prefieres la compañía de tus amigos, de que estas creando una identidad propia, de que empiezas a formar tus ideas, tus valores, de tomar tus propias decisiones. Y algunas de sus ideas y de sus consejos, parecerán anticuados, ridículos, pero no olvides que ellos alguna vez fueron adolescentes, pasaron por circunstancias similares a las que ahora vives, y ahora saben muchísimo mas de la vida de lo que podrías saber tu. Dice el consejo bíblico en Prov. 1:8,9: “Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Adornarán tu cabeza como una diadema; adornarán tu cuello como un collar.

Y aunque parece que padres e hijos hablamos distintos idiomas, haz un esfuerzo por comunicarte con ellos lo mejor posible. Difícilmente alguien te ama mas que tus padres, pues siempre quieren lo mejor para sus hijos e intentan protegerlos a toda costa, independientemente de la edad que tengas. 

Tus padres –sean tu mamá y tu papá, o sólo uno de ellos, o algún otro familiar o tutor que desempeñe ese papel - serán parte de tu vida durante mucho tiempo si Dios así lo dispone. Es tu decisión si llevas una relación de amor y respeto con ellos, o si estarás en conflicto constante mostrando precisamente lo opuesto. De ti depende que sean tus amigos o tus enemigos.


Es por ello que te ofrecemos algunos consejos que pueden serte útiles en la relación con tus padres:
  •          Habla con ellos respetuosamente acerca de las cosas que ellos hacen y que te desagradan, por ejemplo, que te avergüencen frente a otras personas, o que te comparen constantemente con tus hermanos, tus amigos o con quien sea. Y cuando ocurran situaciones como éstas, no te lo tomes a pecho. Hazles saber como te sientes.
  •         Se mas agradecido por todo lo que te proveen, alimento, ropa, calzado, útiles escolares, etc. La palabra “gracias” al igual que la frase  “por favor” siguen teniendo un gran poder.
  •          Expresa aun más tu amor por ellos con un beso, un abrazo, una palabra amable, una sonrisa,  una nota de agradecimiento, un regalo, una porción de tu tiempo, en fin existen muchas maneras de hacerlo. Eso “desarma” a cualquiera.
  •          Muchos padres son sobreprotectores y estrictos, quieren saber donde y con quien andas, te dan una hora de llegada, etc., pero créeme, eso es mejor que tener unos padres indiferentes, despreocupados por sus hijos. Por ello, gánate su confianza. Cuando vean que pueden confiar en ti en realidad tu saldrás ganando, pero nunca defraudes esa confianza.
  •          Esfuérzate por sacar buenas calificaciones en tus estudios. De las cosas que más les molesta es que vayas mal en la escuela.
  •          Mantener tu cuarto limpio y ayudar en los quehaceres sin que te lo pidan. Eso te dará muchas ventajas cuando necesites un favor de ellos.
  •          Trata bien a tus hermanos, ayuda a tus padres en su educación. Las peleas frecuentes de los hijos exasperan mucho a los padres.
  •          Pídeles sus consejos, escúchalos, ponlos en práctica.  Aunque no sean muy modernos, ellos saben mas que tu.
  •          Comparte con ellos tus emociones, tus preocupaciones, tus sentimientos, tus problemas. Ábrete con ellos, hazlos tus amigos.
  •          Se honesto, aun cuando sea duro decir la verdad. Los padres no son fáciles de engañar, ellos saben si callas algo o si estas mintiendo. Mejor sé sincero, nada destruye tanto la confianza que te tienen tus padres como mentir.


Por otro lado, difícilmente ganarás una discusión con ellos. Lo peor que puedes hacer ponerte al tu por tu, porque llevas las de perder. Por eso, es mejor morderse la lengua y guardar silencio, disculparse si es necesario. Si respondes agresivamente, solo conseguirás empeorar las cosas.


Y finalmente, hay cosas que no puedes controlar respecto de tus padres, pero si puedes controlar tu actitud y tus reacciones a lo que ellos hacen. Y recuerda, tus padres serán un gran apoyo, o un tremendo dolor de cabeza. En gran medida, tú lo decides.


Autor: J.Pablo Gutierrez

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