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¿Dominan tu vida?




Brevemente podemos definir la idolatría como tener algo en primer lugar en nuestra vida, ocupando la posición que Dios debe tener. Sea lo que sea: dioses, personas, objetos, pasatiempos, deportes, trabajo, entretenimientos, etc.

Hoy en día, con el avance de la tecnología predominan tres “ídolos” a los cuales la juventud se ha volcado. Algunos se han transformado en "jóvenes tecnodependientes.

La TELEVISIÓN: Objeto de controversia en el cristianismo desde hace mucho tiempo. Sabemos que su uso puede ser negativo o positivo para nuestra vida. Lo importante es que tu debes tener el control del control remoto y poder decidir que programación es aceptable y cual no. También debes manejar el botón rojo de Encendido/Apagado para apretarlo cuando sea oportuno, y así no estar tanto tiempo frente a la pantalla.

Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.” Salmos 119:37


El CELULAR: Es la herramientas más empleada de la comunicación interpersonal, con sus nuevas aplicaciones no solo se puede hablar y enviar mensajes de texto, sino sacar fotos, tomar video, divertirse con los juegos, escuchar música, conectarse a la web y muchas cosas más. Para algunos su sofisticado celular se transforma en un objeto costoso y tan importante que es idolatrado por su dueño.

Excedernos en el uso de este objeto puede alejarnos paulatinamente del mundo real, dejándonos inmersos en él e ignorando lo que nos rodea.


La COMPUTADORA: La tan famosa maquina de propósito general que en estas ultimas décadas se transformo en algo esencial para la existencia personal y organizacional. En ella puedes encontrar una infinidad de cosas que captarán tu atención: programas de todo tipo, videojuegos, Internet con redes sociales, cuentas de e-mail, paginas web de contenido diverso, y demás. Dependiendo del uso que le des y del tiempo que le dediques será de bendición o maldición para ti.

No me pondré como meta nada en que haya perversidad...” extracto Salmos 101:3 NVI



Debo aclarar que: Estos  tres aparatos  NO son nocivos o negativos para la vida cristiana por si solos, pasan a serlo desde que los empleamos de tal manera que nos hagan caer en pecado, nos alejen de la comunión con Dios o le dediquemos tanto tiempo que no nos queden ni unos minutos para El Señor. Si entendamos que uno de los tesoros más importantes que le podemos entregar a nuestro Padre Celestial es el tiempo, más aún en nuestra juventud.

Ahora responde estas preguntas:

¿Cuánto tiempo empleas en estos aparatos diariamente?

¿Se han transformado en ídolos que están por encima de Dios?

La CLAVE es asimilar lo escrito en 1a Corintios 6:12: Todo me está permitido, pero no todo es para mi bien. Todo me está permitido, pero no dejaré que nada me domine

Y después de esto, ¿Dominan tu vida?


Autor: Edgar Paz.




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