Cuando Josué estaba viviendo sus últimos días como líder del pueblo de Israel, le dijo al pueblo que decidieran a quien iban a servir, si a los dioses de sus antepasados o de la tierra donde vivían, o decidía servir al Señor Jehová. “Pero yo y mi casa – aseguró Josue – serviremos a Jehová”.
Tarde o temprano, todo joven tendrá que tomar una decisión similar: Decidir seguir a Dios y servirle, o seguir a “otros dioses”. Solo hay dos bandos, no existe una tercera opción.
Imagina que en tu escuela hay dos profesores que se disputan abiertamente tu preferencia. Uno de ellos está a punto de ser despedido, y quiere llegar a ser tu favorito pero no porque le caigas bien o porque este interesado en tu aprendizaje o en tu superación, sino porque quiere que tu también fracases y no llegues a graduarte. Así que te asegura que no importa si asistes a clases o no, o si llegas tarde, o si no haces tareas o trabajos, o si no estudias para los exámenes, porque de todas formas te pondrá una calificación aprobatoria, lo cual, por supuesto, aunque suene muy atractivo, es mentira, porque lo único que quiere es reprobarte.
Y emprende en contra de quienes si estudian, los llama santurrones, se burla cuando reprueban, les dice que no tiene caso estudiar porque son unos fracasados sin remedio.
Y te invita a ti y a tus compañeros a otras distracciones y entretenimientos fuera del ambiente escolar, quiere inculcarte la filosofía de “disfrutar la vida” y con ello, logra que la gran mayoría de tus compañeros lo siga y lo elija como su favorito. Y todo ello a pesar de que los odia.
El otro profesor se preocupa genuinamente por ti, porque te estima sinceramente, quiere que te gradúes y llegues a ser un buen profesionista, te motiva constantemente para que estudies y hagas todos tus deberes y asistas puntualmente a clases, y aunque seas negligente en tus estudios y repruebes algunos exámenes, te ofrece nuevas oportunidades sin que lo merezcas antes de que llegue el examen final, donde si apruebas o no dependerá exclusivamente de tu preparación. Y es solo una minoría de los alumnos la que prefiere a este profesor, porque eso implica renunciar a muchas cosas tan atrayentes e incluso ser objeto de críticas y burlas de todo tipo.
¿Entiendes el punto?¿ Te das cuenta que seguir y servir al “profesor” Satanás verdaderamente parece más sencillo, y de que al hacerlo PARECE que “disfrutarás” mas la vida, pero que al final de cuentas es un profesor a punto de ser despedido y de que al seguirlo tú también fracasaras? ¿Te das cuenta de que te odia? Te llama “santurrón” cuando intentas hacer bien las cosas, y te llama “fracasado”, “pecador empedernido” y de muchas otras formas cuando fracasas. Se hecho se goza de tus caídas. ¿Te das cuenta de que seguirlo te llevara a la ruina y finalmente a la muerte? ¿Aun sabiendo esto, serias tan insensato como para elegirlo?
Y por otro lado, ¿te das cuenta de que seguir al Maestro Jesús implica ir en contra de la mayoría? ¿Entiendes que seguir al Maestro de Maestros pareciera un camino más difícil, con más exigencias, con mas dificultades? Pero también, ¿te das cuenta de que este Maestro maravilloso te ama tanto? El siempre te tiende la mano cuando repruebas y te ayuda a seguir adelante ¡Con el tienes la victoria asegurada! ¡Con el tienes vida eterna en un lugar infinitamente mejor que éste!
El ya hizo todo lo posible y lo imposible para que estés con él, y sin embargo la decisión final es únicamente tuya. ¿Serias tan insensato como para no elegirlo?
Autor: Juan Pablo Gutiérrez
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