Noche del jueves. Medianoche.
La semana previa a la muerte de Jesús esta llena de conclusiones. La visita final al templo. El ultimo sermón. La ultima cena, y ahora, la ultima oración.
El huerto esta en sombras; la luna primaveral lo viste de plata. Las estrellas brillan contra el terciopelo negro del cielo nocturno.
Ahí esta Jesús, en el huerto. arrodillado, con la túnica empapada en sudor. Implorando, sufriendo.
A escasos metros, los amigos mas queridos que tiene...están dormidos. Su angustia no los conmueve, su congoja no los inquieta, están cansados.
Se levanta y camina a través de los arboles y se agacha ante ellos. "Por favor" les pide, "velen conmigo".
Veamos lo que ocurrió unas horas antes...
Abandonan el aposento alto y bajan a través de las calles de la ciudad. Salen de Jerusalen. Atraviesan el valle y ascienden el sendero que los llevará a Getsemaní. El camino es empinado, así que se detienen a descansar. Mientras tanto, en algún lugar dentro de la ciudad, uno de los doce baja de prisa por una calle. Sus pies fueron lavados por el hombre que va a traicionar. Corre a ver a Caifas.
El encuentro final de la batalla ha comenzado.
La historia lo registra como una batalla de los judíos contra Jesús. No fue así. Fue una batalla de Dios contra Satanás. Y Jesús lo sabia. Sabia que antes de la victoria vendría una derrota aparente. Sabia que antes del triunfo de la resurrección vendría la muerte en la cruz.
Jesús se vuelve y comienza el ultimo ascenso al huerto. Cuando llega a la entrada se detiene y mira hacia su circulo de amigos. Sera la ultima vez que los vea antes de que ellos lo abandonen. El sabe lo que harán cuando lleguen los soldados. Sabe que solo faltan minutos para su traición.
Pero no los acusa, ni los regaña. En vez de eso, ora. Sus últimos minutos con sus discípulos son de oración. "Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos; para que todos sean uno...que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste"...
¡En esta ultima oración Jesús oro por ti! "Oro también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos" ¡Ese eres tu! Cuando Jesús entro en el huerto, tu estabas en sus oraciones. Cuando Jesús soñó en el día que nosotros estaríamos con el, te vio a ti ahí.
Su ultima oración fue por ti. Su ultimo dolor fue por ti.
Entonces se da vuelta, se interna en el huerto e invita a Pedro, Jacobo y Juan a que vengan. Les dice que su alma esta muy triste, hasta la muerte, y comienza a orar.
Jamas se ha sentido tan solo. Lo que hay que hacer, únicamente el puede hacerlo. Solo el tiene el poder para vencer. Solo el puede cumplir la demanda del pecado. Nadie puede enfrentarse a la fuerza del diablo y vencer...excepto El.
"El espíritu a la verdad esta dispuesto, pero la carne es débil" confiesa.
Su humanidad ruega que se le libre. Jesús el hombre, el carpintero de Nazaret, pregunta: "No habrá otra forma?"
Pero el te vio a ti. Te vio en medio de un mundo que no es justo. Te vio en tu propio huerto. Te vio en el huerto de Getsemani y no quería que estuvieses solo.
Jesús acepta la respuesta dulce pero firme de su padre. Y Jesús acepta. Luego desciende un ángel a confortar el cuerpo agotado del hombre en el huerto. Finalmente, Jesús se incorpora.
La batalla está ganada. Porque fue en el huerto que Jesús tomó la decisión. El prefirió ir a la muerte por ti que regresar al cielo sin ti.
La semana previa a la muerte de Jesús esta llena de conclusiones. La visita final al templo. El ultimo sermón. La ultima cena, y ahora, la ultima oración.
El huerto esta en sombras; la luna primaveral lo viste de plata. Las estrellas brillan contra el terciopelo negro del cielo nocturno.
Ahí esta Jesús, en el huerto. arrodillado, con la túnica empapada en sudor. Implorando, sufriendo.
A escasos metros, los amigos mas queridos que tiene...están dormidos. Su angustia no los conmueve, su congoja no los inquieta, están cansados.
Se levanta y camina a través de los arboles y se agacha ante ellos. "Por favor" les pide, "velen conmigo".
Veamos lo que ocurrió unas horas antes...
Abandonan el aposento alto y bajan a través de las calles de la ciudad. Salen de Jerusalen. Atraviesan el valle y ascienden el sendero que los llevará a Getsemaní. El camino es empinado, así que se detienen a descansar. Mientras tanto, en algún lugar dentro de la ciudad, uno de los doce baja de prisa por una calle. Sus pies fueron lavados por el hombre que va a traicionar. Corre a ver a Caifas.
El encuentro final de la batalla ha comenzado.
La historia lo registra como una batalla de los judíos contra Jesús. No fue así. Fue una batalla de Dios contra Satanás. Y Jesús lo sabia. Sabia que antes de la victoria vendría una derrota aparente. Sabia que antes del triunfo de la resurrección vendría la muerte en la cruz.
Jesús se vuelve y comienza el ultimo ascenso al huerto. Cuando llega a la entrada se detiene y mira hacia su circulo de amigos. Sera la ultima vez que los vea antes de que ellos lo abandonen. El sabe lo que harán cuando lleguen los soldados. Sabe que solo faltan minutos para su traición.
Pero no los acusa, ni los regaña. En vez de eso, ora. Sus últimos minutos con sus discípulos son de oración. "Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos; para que todos sean uno...que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste"...
¡En esta ultima oración Jesús oro por ti! "Oro también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos" ¡Ese eres tu! Cuando Jesús entro en el huerto, tu estabas en sus oraciones. Cuando Jesús soñó en el día que nosotros estaríamos con el, te vio a ti ahí.
Su ultima oración fue por ti. Su ultimo dolor fue por ti.
Entonces se da vuelta, se interna en el huerto e invita a Pedro, Jacobo y Juan a que vengan. Les dice que su alma esta muy triste, hasta la muerte, y comienza a orar.
Jamas se ha sentido tan solo. Lo que hay que hacer, únicamente el puede hacerlo. Solo el tiene el poder para vencer. Solo el puede cumplir la demanda del pecado. Nadie puede enfrentarse a la fuerza del diablo y vencer...excepto El.
"El espíritu a la verdad esta dispuesto, pero la carne es débil" confiesa.
Su humanidad ruega que se le libre. Jesús el hombre, el carpintero de Nazaret, pregunta: "No habrá otra forma?"
Pero el te vio a ti. Te vio en medio de un mundo que no es justo. Te vio en tu propio huerto. Te vio en el huerto de Getsemani y no quería que estuvieses solo.
Jesús acepta la respuesta dulce pero firme de su padre. Y Jesús acepta. Luego desciende un ángel a confortar el cuerpo agotado del hombre en el huerto. Finalmente, Jesús se incorpora.
La batalla está ganada. Porque fue en el huerto que Jesús tomó la decisión. El prefirió ir a la muerte por ti que regresar al cielo sin ti.
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