Cuando yo era niño, mi madre mantenía una disciplina seria y constante. Es posible que algunos la descalificarían hoy, si supieran todo lo que hizo por mantener la rectitud y la espiritualidad en sus nueve hijos. Cuando alguno de nosotros decía alguna mala palabra, nos decía que era necesario limpiar nuestra vida y limpiar nuestra boca. Oraba con nosotros y luego procedía a lavarnos la boca con jabón (era uno de color amarillo, para la ropa, que sabía a rayos). Hoy, después de varias décadas, no puedo pronunciar ninguna de esas palabras, por las cuales mi madre me disciplinó. Ella falleció en 1987. Hoy, rindo tributo a su memoria y exalto sus valores espirituales, morales, físicos y mentales. Hoy, los nueve seguimos luchando por mantenernos fieles a la bienaventurada esperanza del retorno de nuestro Señor Jesucristo. Vivimos en un mundo cada vez más difícil. Una sociedad corrompida en todas sus estructuras y niveles. Se ensalzan la mentira, la falsedad, el orgullo, la v...
"Asi que no nos fijamos en lo visible sino en lo Invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es Eterno" 2a Cor 4:18