Deseando dar ánimo a su joven hijo para que progresara en el piano, una madre llevó a su pequeño hijo a un concierto de Paderewski. Después de sentarse, la madre vio a una amiga en la platea y fue a saludarla. El pequeño cansado de esperar, se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta que decía “PROHIBIDA LA ENTRADA”. Cuando las luces se apagaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo no estaba ahí. De repente las cortinas cayeron y las luces cayeron sobre un impresionante piano Steinway en el centro del escenario. Horrorizada, la madre vio a su hijo sentado inocentemente al teclado, tocando las notas de “Estrellita”. En aquel momento el gran maestro de piano hizo su entrada, rápidamente fue al piano y susurró al oído del niño, “no pares, continua tocando”. Entonces apoyado, Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo. Luego, puso su mano derecha a...
"Asi que no nos fijamos en lo visible sino en lo Invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es Eterno" 2a Cor 4:18