É ste era un joven que había caído en libertinaje sexual. En un bacanal lo drogaron y estuvo a punto de perder la vida. Se sentía vacío, miserable. Experto en amor, no conocía el amor. Siempre se había burlado de ese sentimiento “ciego”, asegurando que era sólo para mujeres y bobos idealistas; no obstante, ya no quería burlarse, ya no podía hacerlo. Cuando estuvo cerca de la muerte se percató de su profunda soledad. Estaba harto de la pornografía y de las aventuras rápidas. Deseaba contar con alguien a quien respetar y amar honestamente, con quien compartir los momentos alegres y tristes, con quien permanecer juntos en la adversidad, a quien brindar una frase de consuelo, de ánimo, de apoyo. Ansiaba conocer a una mujer a quien entregar el alma y el corazón sin condiciones, sin fingir más; sobre todo, una mujer dispuesta a entregarle también su alma y no sólo su cuerpo… Pero, ¿cómo conocer a alguien así? ¿Dónde hallarlo? ¿Y si lo encontraba, como ganar su respeto? ¿Cómo lo...
"Asi que no nos fijamos en lo visible sino en lo Invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es Eterno" 2a Cor 4:18