Un joven escribió un e-mail a un sitio cristiano lo siguiente: "He dejado de asistir a mi congregación; quiero pedir que me lleven en sus oraciones.” ¿Qué le dirías a este joven? Es preciso decirle: “¡Estás en un grave peligro! ¡Vuélvete al Señor, inmediatamente! ”. Sin embargo, nuestro grito, por desesperado que fuese, no lograría infundir el temor que se debe tener ante un peligro así. Pero, ¿qué harías tú frente a un hombre ciego que camina derecho hacia un precipicio? ¿Qué harías tú ante un automovilista que corre, en una noche oscura de temporal, en dirección a un puente cortado? El peligro que enfrenta un joven creyente que se ha alejado de Dios no es menor; al contrario. No se trata simplemente de que alejándote de Dios pierdas el gozo y la paz, sino se trata de que estas en peligro de perder tu vida. Cuidado con los ‘rápidos’ ¿Conoces los rápidos? Hay en Chile, unos famosos rápidos, los rápidos del río Trancura. Muchos turistas asisten de ...
"Asi que no nos fijamos en lo visible sino en lo Invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es Eterno" 2a Cor 4:18